Santiago, 28 de septiembre 2016

Por casi dos años, el profesor Cristian Muñoz de la Facultad de Administración y Economía de la Usach investigó el potencial impacto que la educación de emprendimiento podría tener en la formación doctoral en Ciencia, Ingeniería y Tecnología.

A partir de un curso de emprendimiento e innovación impartido a estudiantes provenientes de los programas doctorales en alimentos, automática, biotecnología, física, informática, materiales y sistemas de la Universidad de Santiago de Chile, el profesor Muñoz analizó la evolución en el aprendizaje emprendedor que dichos estudiantes experimentaron a través del tiempo. Los focos del análisis estuvieron en los potenciales efectos sobre las habilidades y sobre los proyectos doctorales de dichos estudiantes.

En términos de habilidades, se pudo observar que la gran mayoría de los participantes desarrollaron su capacidad de identificación y evaluación de oportunidades, a pesar de que presentaban importantes diferencias en términos de experiencia previa al emprendimiento y de intención futura de emprender. Muchos estudiantes reportaron además que el curso les ayudó a mejorar sus presentaciones orales y la forma en que desarrollaban sus fundamentaciones.

En términos de los proyectos doctorales, los participantes reportaron importantes impactos. En primer lugar, la mayoría de los participantes señalaron que el curso les había permitido mirar sus proyectos desde una perspectiva mucho más amplia, facilitándoles el desarrollo de sus proyectos. En segundo lugar, varios participantes reconocieron también que, aunque el curso no había afectado directamente sus temas de investigación, si había sido muy importante para ayudarles a incorporar una mirada más aplicada a sus proyectos, pues incluso un año después de éste, les era mucho más natural ver potenciales aplicaciones a sus investigaciones que antes de hacer el curso. En tercer lugar, varios estudiantes reportaron además que las técnicas de generación de ideas aprendidas habían sido de mucha utilidad a la hora buscar soluciones a los diversos desafíos surgidos durante sus estudios doctorales.

Adicionalmente, la formación en emprendimiento propició beneficios no previstos inicialmente. En primer lugar, el curso resultó ser un espacio muy fértil para el trabajo multidisciplinario. Dado que el curso contemplaba trabajo grupal con personas de distintas áreas del conocimiento, la mayoría de los alumnos experimentaron por primera vez la oportunidad de desarrollar multidisciplinariamente un proyecto de emprendimiento. Esto les permitió aprender a trabajar colaborativamente y a comunicarse con otras disciplinas. En segundo lugar, lo observado también fue muy auspicioso, pues los diversos grupos fueron capaces de encontrar y evaluar con relativa rapidez alternativas de solución para los problemas planteados. Como cada estudiante veía alternativas de solución relacionadas a sus áreas de conocimiento, cada grupo se beneficiaba de distintas miradas e ideas que contribuían positivamente a la búsqueda de la solución final.

En síntesis, la investigación arrojó importante evidencia que respalda la idea de que la educación de emprendimiento puede enriquecer la formación doctoral, porque entrega habilidades a los estudiantes que les son de mucha utilidad en su proceso de investigación doctoral, porque ayuda a los propios estudiantes a desarrollar mejor sus propios proyectos doctorales y finalmente porque provee un espacio para la experimentación multidisciplinaria en torno a la innovación que muchas veces no se encuentra fácilmente en los ambientes académicos.

El profesor Muñoz espera que estos resultados incentiven a las universidades a incorporar más decididamente la educación de emprendimiento dentro de la formación doctoral, pues según pudo observar, puede producir variados beneficios tanto para la formación de los futuros investigadores como para la mejor proyección en términos de innovación de los futuros proyectos doctorales